Una aproximación documental al proceso de recolección folclórica de Lauro Ayestarán

por Viviana Ruiz y Federico Sallés

Informe presentado en el seminario “Los oficios del investigador. Homenaje a Lauro Ayestarán en su centenario” (quinto seminario de la serie “Enfoques sobre literatura y cultura latinoamericana”), organizado por la Sección de Archivo y Documentación del Instituto de Letras de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, en iniciativa conjunta con el Centro Nacional de Documentación Musical Lauro Ayestarán. Montevideo, Uruguay, 12 de agosto de 2013. Texto revisado en noviembre de 2014.

 

El Centro Nacional de Documentación Musical (CDM) fue creado en 2009 con el objetivo de recuperar, albergar y volver accesibles los materiales del archivo del musicólogo Lauro Ayestarán, adquiridos por el Estado uruguayo. Desde la apertura del CDM se comenzaron las tareas de inventario, clasificación y ordenamiento de todo lo recibido, para restituir el riguroso orden que Ayestarán daba a sus materiales. El espíritu de trabajo fue siempre el de no intervenir la relación entre esos documentos hasta no hacer una investigación en profundidad de los diferentes contenidos y sus vinculaciones. Nos limitamos entonces, en una primera etapa, a la organización del archivo en grandes categorías conceptuales.
Desarrollaremos en este informe un ejemplo concreto de cómo, en una segunda etapa de trabajo, podría restituirse una parte de aquel orden original.
Existen en el CDM gran cantidad de documentos, en distintos soportes, que podemos vincular directamente con el proceso de investigación y recopilación musical llevado a cabo por Ayestarán. Entre estos se encuentran, además de los registros sonoros, los siguientes tipos documentales:

Carpetas de grabación (): se trata de documentos en formato carpetín u hoja, con el rótulo “Colección de grabaciones folklóricas“, donde se anotaban los diferentes datos relativos a un registro sonoro: el número de grabación, la especie musical, el título de la pieza (si lo tuviera), la ubicación, el formato y estado de la grabación; el nombre, edad e instrumento que ejecutó cada persona entrevistada, el lugar preciso y la fecha del registro, el responsable de ese registro y la institución que financiaba la recolección musical en esa etapa. Además, se reservaba un espacio importante para consignar observaciones generales sobre la letra y la música. Esas carpetas llegaron al CDM en su mayoría ordenadas y apiladas, salvo algunas excepciones individuales que se encontraron agrupadas con otros documentos. Por ejemplo, una buena cantidad de las mismas, estrictamente vinculadas con el cancionero infantil, se recibió dentro de un cuerpo de carpetas anaranjadas que incluían también otros documentos relacionados con dicho cancionero. Similar a lo anterior, se encontraron algunas carpetas de grabación dentro de carpetas anaranjadas clasificadas y rotuladas según especies musicales ().

“Planillas estadísticas de la recolección folklórica del Uruguay” (): ese documento detalla y sintetiza, para cada viaje, la cantidad de personas entrevistadas, las grabaciones realizadas y el rango de los números de registro de esas grabaciones, los kilómetros recorridos y las localidades visitadas. Todo esto para cada etapa del trabajo de recolección folclórica ().

“Catálogo topográfico” (): Ayestarán grabó hasta 1952 en disco de acetato y desde ese mismo año en cinta magnética, soporte en el cual respaldó en 1955 los registros realizados hasta entonces en disco. El “catálogo topográfico” está conformado por tres cuadernos que ordenan los registros sonoros según su ubicación en dichas cintas. Allí se sintetiza parte de la información que encontramos en las carpetas de grabación ().

Cuadernos azules (): se trata de 30 cuadernos numerados que, a modo de inventario, ordenan los registros sonoros cronológicamente, según el número de grabación. La información está organizada de manera similar a las carpetas de grabación y se destina una hoja a cada registro ().

Diario de viaje (): se trata de un cuaderno en donde se registraron las visitas a las localidades de José Pedro Varela y Treinta y Tres en el año 1956. Allí se describen exhaustivamente las características y particularidades de cada localidad así como los encuentros con diferentes personas entrevistadas (). Se trata de un documento incompleto, no sabemos si por decisión del propio Ayestarán o porque no llegaron al CDM otros cuadernos o borradores de esa serie.

Carpeta anaranjada rotulada “Interior del Uruguay” (): dividida en varias subcarpetas del mismo color, la primera de ellas rotulada “mapas” y las restantes con los nombres de algunos departamentos y localidades de nuestro país (), contiene en su conjunto fichas, materiales de prensa y otras publicaciones con datos sobre los distintos lugares, correspondencia con personas e instituciones, información geográfica, horarios e itinerarios de ómnibus y trenes, y referencias sobre músicos locales.

Fichas del mueble-fichero original de Ayestarán (): el CDM recibió el mueble-fichero original de madera del musicólogo, que contiene 40 cajones con un total aproximado de 35.000 fichas. Una parte de esas fichas refieren al registro de grabaciones, y se encuentran ordenadas según especies musicales y según localidades (). Además, contienen el número de grabación que encontramos en las carpetas blancas, en los cuadernos azules y en el catálogo topográfico, y otros datos necesarios para recuperar la información rápidamente.

Existe también en el mueble-fichero un cajón dedicado al registro fotográfico realizado por Ayestarán y otros fotógrafos colaboradores durante la labor de recopilación musical (). Se trata en ese caso de fichas en formato sobre que contienen miniaturas y negativos fotográficos (), ordenadas alfabéticamente según el nombre del entrevistado o el evento fotografiado. Además de esa colección de negativos en el mueble-fichero se recibieron distintos sobres y carpetas que contienen aún más negativos y ampliaciones de distintos tamaños.

Ficha del entrevistado (): llegaron al CDM algunos pocos documentos de ese tipo, aunque se sabe que existen o existieron muchos más. Se trata de fichas confeccionadas a partir de un cuestionario-entrevista realizado por Ayestarán durante el proceso de recolección folclórica. Además de los datos básicos del entrevistado (nombre, localidad, fecha, edad, lugar de nacimiento y ocupación) esa ficha consigna: procedencia de los padres, instrumento y personas con quien aprendió, desde qué año actúa, si sabe – o no – solfeo, músicos a los que conoció, localidades en las que estuvo, música que se hacía antes y melodías que grabó.

Todos los documentos mencionados se encuentran claramente vinculados y es de enorme importancia volverlos operativos y accesibles al público. Esto podría haber invitado, al momento del inventario y la clasificación, a apresurar una reconstrucción del entramado del proceso de investigación ayestaraniano. Pero ¿en qué secuencia habían sido elaborados esos documentos? ¿Qué lugar ocuparon en el esquema metodológico del musicólogo y cuál fue la importancia de cada uno?

En noviembre de 2012 el CDM comenzó a preparar, en conjunto con el Centro de Fotografía de la Intendencia de Montevideo (CdF), una muestra fotográfica en homenaje a Ayestarán, a partir de los negativos y ampliaciones existentes en el archivo. Durante la investigación para la elaboración de los textos que acompañarían esa muestra se realizó un relevamiento de los numerosos documentos allí existentes. Fue así que se encontraron valiosos esquemas dentro de dos carpetas, denominadas “Ensayo sobre la investigación folklórica” () y “Proceso del aparato clasificatorio y crítico de la recolección folklórica” ().

La primera carpeta contiene a su vez dos subcarpetas: “Definición y notas caracterizadoras del folklore” y “Metodologías de investigación” (). Esa última tiene una nueva subdivisión, esta vez en dos carpetines blancos: “Procesos generales de metodología / Elección del método” y “Proceso de investigación por el método inductivo” (), de los cuales el segundo contiene el último carpetín blanco de esa taxonomía, denominado “Recolección y transcripción” (). Allí estaban algunos de los documentos que aportaron pautas para responder las interrogantes planteadas: un texto manuscrito denominado “recolección y transcripción” (), un esquema, también manuscrito, en relación a los trabajos de “campo” y “estudio” (), y un texto mecanografiado titulado “proceso de la recolección folklórica” ().

La segunda carpeta encontrada, “Proceso del aparato clasificatorio y crítico de la recolección folklórica”, contiene 11 carpetines () que, como los distintos ítems en los esquemas anteriores, refieren cada uno a una etapa del proceso. Algunos de ellos se encuentran vacíos y otros contienen un documento que funciona como ejemplo de la temática que designa el rótulo.

En esos cuatro esquemas encontramos las primeras pautas para comenzar a entender el proceso de trabajo ayestaraniano y la sistematización de los materiales. Sin embargo, para ninguno de esos documentos se pudo consignar fecha de creación ni autoría, salvo para el esquema denominado “recolección y transcripción” que, por lo que pudimos relevar, se trata del esquema que Ayestarán utilizaba en su último período de clases en el año 1966, en la carrera de Musicología de la Facultad de Humanidades y Ciencias. Tomaremos entonces este esquema como referencia para volver sobre los documentos enumerados al comienzo, ubicándolos en tres etapas claramente diferenciadas y ordenándolos para responder las interrogantes planteadas.

Existió una etapa preparatoria del viaje en donde, además de la fijación del área geográfica, se recopilaba la bibliografía del lugar y se realizaba una encuesta remota. A esta etapa la podríamos vincular con la serie de documentos hallados en las carpetas “Interior del Uruguay”.

Luego, dentro de la etapa de trabajo de campo, fueron sólo tres los tipos documentales generados: las fotografías, las grabaciones (agrupados en el esquema “recolección y transcripción” bajo la denominación “registro audiovisual”) y el diario de viaje. Fue desde esos materiales que se elaboraron y organizaron todos los demás documentos, en una etapa posterior de trabajo “en el estudio” o gabinete: los cuadernos azules, la planilla estadística, el catálogo topográfico, las fichas del entrevistado, las fichas del mueble-fichero, el archivo fotográfico, las carpetas “de cada grabación”, y por último lo que Ayestarán denomina “agrupación por especies musicales”, que está representado en las carpetas anaranjadas por especies ().

Es así que a partir del contenido del esquema que hemos tomado como referencia, y de la relación establecida entre éste y los contenidos del archivo, es posible pensar una forma de organizar los materiales en el CDM siguiendo la lógica ayestaraniana, atendiendo a las “pistas” que pueden ir surgiendo desde los propios documentos. Por otro lado, también es posible realizar una primera aproximación al proceso de recolección folclórica planteado por Lauro Ayestarán, identificando los documentos que iban siendo creados por el musicólogo y las etapas de elaboración de los mismos.
Además de su monumental trabajo de campo, el arduo trabajo “en el estudio” o gabinete realizado por Ayestarán da cuenta de la importancia de la organización y clasificación de los registros como actitud fundamental de todo su proceso de investigación. Esa labor meticulosa y ese rigor metodológico frente a cada tarea de recopilación realizada posibilitó, y posibilita aún hasta el día de hoy, recuperar información en el archivo de forma rápida y sencilla, según las necesidades del investigador.